Un ejemplo primordial es la familia de compresores con VSD de E-Air alimentados con energía eléctrica, diseñada para utilizarse en las mismas aplicaciones que un compresor diésel estándar, pero con emisiones significativamente menores. Un prominente miembro es el robusto compresor H250 con VSD listo para usar y resistente al calor, al polvo, a la humedad, a las vibraciones y a otras condiciones de trabajo pesado. Luc Linart y Gill Dhooghe formaron parte del proceso de desarrollo y conocen esta máquina amarilla de memoria.

“Este compresor les da a las empresas de construcción acceso a una gama mucho más amplia de aplicaciones. Como es eléctrico, se puede usar en zonas de bajas emisiones y en lugares cerrados”, comenta Luc Linart, gerente de productos de la fábrica de aire portátil de Atlas Copco en Amberes, Bélgica. “También ofrece un rendimiento mayor con una carrocería más pequeña y es fácil de mover”.

“Además de eso, es tan silencioso que la primera vez que lo mostramos a un cliente, dijo: ‘¿Qué? ¿Ya lo encendieron? ¿Está andando?’. Puede mantener una conversación normal justo al lado cuando está encendido, a diferencia de los antiguos compresores equipados con motor diésel”.

Gill Dhooghe, vicepresidente de investigación y desarrollo de la división Aire portátil de Atlas Copco, explica por qué este es un paso crucial en el viaje de la empresa hacia la sostenibilidad, un camino en el que él mismo siente una inversión personal.

“Tengo la suerte de estar en una posición con más posibilidades de contribuir que otras y es realmente mi obligación hacerlo”, afirma. “Esta nueva familia de productos es un paso vital hacia la ambición de Atlas Copco de un futuro sostenible”.

Alejándonos del diésel Es evidente que E-Air es una adición digna del catálogo de Atlas Copco. Los compresores de aire eléctricos estacionarios se han utilizado desde hace mucho tiempo en hospitales y fábricas, pero los compresores de aire portátiles tradicionalmente han sido alimentados con diésel debido a que las instalaciones de construcción y minería en exteriores no suelen tener acceso a la red eléctrica ni a las salidas de energía adecuadas. Sin embargo, un mayor enfoque en las emisiones de carbono, el aumento del costo del diésel debido a legislaciones sobre las emisiones cada vez más estrictas, las nuevas regulaciones sobre los niveles de ruido en el lugar de trabajo y la creciente electrificación de las minas y los sitios de construcción dan como resultado que el suministro de diésel sea cada vez menos atractivo. “Estas tendencias combinadas nos hicieron ver la posibilidad de alejarnos del mercado impulsado por diésel e investigar cómo nosotros, como líder del mercado de compresores portátiles, podemos abrir el camino hacia cero emisiones y apoyar a nuestros clientes en la transición”, comenta Gill. “Y el costo total de operación es increíblemente económico”, agrega Luc. “Si bien el costo de compra inicial es más o menos el mismo, el costo de hacer funcionar una máquina eléctrica es aproximadamente la mitad del precio de usar un diésel”. Otras ventajas importantes son la resistencia del compresor a todas las condiciones climáticas, que lo hacen apto para aplicaciones en exteriores como la perforación geotérmica, el arenado y granallado de hormigón, el accionamiento de velocidad variable, que mejora la eficiencia energética, y el software inteligente, que permite que se conecte a cualquier salida de energía y se ajuste automáticamente a la red eléctrica y al enchufe disponibles.